Saber de su suerte fue bueno para mi. Aunque las comparaciones son odiosas,
uno termina siempre haciéndolas.Pensar que hizo cada uno de su vida.Cotejar quien
se había acercado más a los ideales profesados,y otras vanas preguntas
innecesarias.
Apareció súbitamente en el teatro,yo estaba en la tercer fila de
la platea baja,y aunque no podría afirmarlo con certeza,impedido
por la falta de luz en la sala,su presencia era inexorable.
La función todavía no daba inicio,mirando hacia atrás la había visto entrar
a tras luz de los faroles del hall, y después sentarse en la ultima fila,
pegada a la puerta de entrada.En vano forzaba mi vista para identificarla,
desde un ridículo gesto de soslayo.En vano también intenté
concentrarme en la primera escena de la obra,otro escenario se perfilaba
en mi mente,con pasos de recuerdos,de una obra inconclusa.Una escena en mi cabeza
y otra en el escenario,inbrincaba imágenes entrelazadas.
Las mismas palabras en las dos tramas,las importantes,de la misma madera
comen las almas.Mi obra todavía no concluía pero ya el teatro estaba aplaudiendo de pie,
tome mi gabán, el programa y salí caminando entre el gentío.Ya en el hall,mi mirada
sondeaba los rasgos de un rostro conocido,pero no lo hallaba. Empecé a dudar,quizás
me había equivocado.La incertidumbre crecía al ver el ver rasgos parecidos,en rostros
similares. Quizás historias con puntos en común,tramas parecidas con hebras teñidas
de otro color,las mismas palabras,las importantes.
me di una vuelta por el museo y la sala de exposiciones,un tiempo prudencial frente
a los baños y al fin baje a la calle,donde nuevamente pude constatar esa figura,que seguía
en las sombras,mientras yo la veía alejarse por el callejón.
Saber de su suerte fue bueno para mi...
M.E
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